domingo, 28 de abril de 2013

KABUKI TEATRO

  Dice la Wikipedia, fuente de saber libre y gratuita accesible para todos a través de Internet, sobre la cual los pijos y pedantes dicen que hay que tomar con precaución, ya que cualquiera puede escribir en ella (¡cómo si los escritos de los “consagrados” no tuviesen que ser leídos con idéntica cautela!) que el kabuki es un tipo de teatro japonés cuyo nombre está formado por tres caracteres (como se sabe el japonés es más raro que su puñetera madre) que significan “cantar”, “bailar” y “habilidad”. No sé si los chavales de la asociación Kabuki Teatro de Alhaurín de la Torre tuvieron en cuenta esto al elegirse el nombre, pero lo cierto es que les va como anillo al dedo, porque habilidad para cantar y bailar (además de interpretar) derrochan a manos llenas.

 Estos chicos se juntaron en Alhaurín de la Torre, provincia de Málaga hace pocos añitos, con el objetivo de acercar las artes escénicas a la sociedad. Tan loable objetivo está condenado a naufragar si no se acompaña de trabajo duro y cuando ese trabajo se hace sin cobrar un duro da mucho que pensar, ya que Kabuki Teatro ha producido montajes de mucha calidad con fines benéficos para ayudar a entidades como Proyecto Hombre, a la que me precio de pertenecer, por lo que este escrito tiene mucho de agradecimiento.

 La verdad es que se lo curran a tope. Hace algún tiempo los vi realizando una versión del musical de Nacho Cano “Hoy no me puedo levantar” y me deslumbraron. Esta vez han vuelto a conseguirlo. Fui a verlos el pasado sábado con mi hija al teatro municipal de Cártama, donde representaban el musical 40 FM. Los dos disfrutamos como enanos y eso que la obra duraba cuatro horas, que no es moco de pavo. Hoy vuelven a representar en Alhaurín. Dos funciones, ensayos agotadores y todo por amor al arte, nunca mejor dicho y por amor a los demás, para ceder los beneficios a Proyecto Hombre... otra vez.

 Ellos son la antítesis del ciudadano medio que piensa que las cosas van a seguir siempre igual. Estos chicos creen en un mundo mejor porque se entregan a sí mismos para conseguirlo. No se meten en política, no hacen grandes discursos, no viven con las palabras, sino con los hechos. Nos hacen disfrutar y nos dan ejemplo. El ejemplo que otros con grandes responsabilidades, no dan
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 Muchas gracias. Sois cojonudos.

martes, 16 de abril de 2013

¡ESCRACHES!


  Veía el otro día en televisión a Dª María Dolores de Cospedal recitando la siguiente perla: “Los escraches son nazismo puro”. El contexto era tan forzado que daba risa. Un “acto” del  PP consistente en un puñado de incondicionales escuchando en semicírculo con expresión beatífica las memeces que decía la buena señora.

  Hace falta tener la lengua viperina.

  La práctica de señalar públicamente a un personaje a fin de denunciarlo por algún motivo no es un fenómeno moderno; pero bajo el término de escrache empiezan a popularizarse en América Latina, sobre todo en Argentina, a raíz del indulto en 1995 por parte del presidente Carlos Menem de un grupo de asesinos sicarios de la dictadura militar que asolara ese país. La asociación pro derechos humanos Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (HIJOS) inundó con pasquines y octavillas varias grandes ciudades del país denunciando la situación y publicando los nombres de los genocidas. Colocar pancartas, pegar carteles, hacer pintadas, arrojar huevos… son prácticas a las que se pueden recurrir en este tipo de actividades. Molestas, sí, pero inofensivas.

 Las protestas por parte de la Plataforma Anti Desahucios se han recrudecido en las últimas semanas, sobre todo en vísperas de la votación en el Congreso de los Imputados de la miserable reforma de la Ley Hipotecaria, en el día de hoy aprobada gracias a la mayoría parlamentaria del PP (enhorabuena a los afortunados votantes). Prebostes del PP han sentido el clamor de la calle al pie de sus lindas y bien equipadas viviendas, el clamor de gente que ha perdido su casa, que está en riesgo de perderla o que sencillamente se solidariza. Probablemente las secuelas psicológicas para sus señorías, sus cónyuges e hijos sean irreparables. Quizá les vaya a estallar la cabeza por tener que explicarles a los niños por qué una persona a la que el banco quita su casa por no poder pagar la hipoteca, sigue debiendo el dinero.

 Posiblemente la malhadada secretaria general del PP compara estas protestas airadas, pero pacíficas, con el acoso al que sometían los matones de las SA del partido nazi a los ciudadanos judíos en los años treinta del siglo XX: abusos, palizas, destrozos de propiedades y negocios… todo ello previo a la llegada del holocausto. La comparación no puede ser más desafortunada. Da idea de la ínfima talla moral de esta señora y de su pobre habilidad para la propaganda, pues cada vez que abre la boca se pone en evidencia. Parece creer a pies juntillas en la vieja máxima de la propaganda que afirma que a fuerza de repetir muchas veces una mentira se convierte en una verdad. Hay mentiras que ya no entran ni con vaselina.

 Cuando un sistema político se convierte en cómplice de una dictadura desatada del capitalismo salvaje, cuando un gobierno no hace sino estrujar a la población con la excusa de las exigencias de la unión europea mientras ignora la censura de esa misma unión europea a la arcaica ley hipotecaria española… resulta especialmente patético verles invocar las garantías democráticas sólo porque les molesta ver a la gente protestando por hechos indignos, promovidos por gente malvada.

 Que Dios les maldiga. Yo ya lo hago.

domingo, 7 de abril de 2013

LA RARA COLECCIÓN DE SELIM VAROL



 Para un aficionado al arte y a los museos como yo, resulta casi trágico residir en una ciudad con una oferta museística tan limitada como Málaga. El tan cacareado Museo Picasso (síntoma de una obsesión por este artista por parte de una ciudad en la que aquél no hizo sino nacer) alberga una colección de piezas menores. El Museo Thyssen ofrece una colección permanente bastante tediosa de pintura costumbrista del s. XIX que puede llegar a empachar de tan empalagosa… y hay poco más. No es de extrañar. Las grandes obras de los grandes artistas están en los grandes museos de las grandes ciudades. Málaga no es grande, que le vamos a hacer y mejor que sea así, porque también tiene sus ventajas. Sin embargo ofrece un reducto plenamente dedicado al arte, que es el Centro de Arte Contemporáneo, ubicado en el antiguo mercado de mayoristas de la calle Alemania,  junto al “río” Guadalmedina. Resulta gratificante porque ofrece frecuentes exposiciones temporales, algunas de mucha calidad. Ya me he referido en este blog a la muestra del brasileño Vik Muniz y sus bellas obras salidas de la basura y la miseria.





  En esta ocasión he vuelto a dejar caer por allí para encontrarme una colección sorprendente.

 Selim Varol no es un artista. Es un coleccionista  y desde mi punto de vista un auténtico freak o “friki”, si castellanizamos el barbarismo; pero como el tío debe tener pasta (porque si no resulta impensable hacerse con tantas obras de artistas contemporáneos como  Shepard Fairey o Bansky) podemos darle el apelativo más glamuroso de “excéntrico”. Los excéntricos acaparan obras de arte, juguetes y merchandising diverso para organizar exposiciones y que los frikis de a pie podamos deleitarnos. Hasta en la rareza hay clases. Ya me lo advertía mi padre, que ser pobre y raro era un mal negocio.


 A este alemán de ascendencia turca le dio por coleccionar compulsivamente sus juguetes desde los seis añitos (en lugar de destrozarlos, que es lo que hacen las personas normales a esas tiernas edades). Ya más crecidito le dio por el pop-art, el arte urbano (lo que para unos son gamberradas, para otros pueden ser arte) y los muñequitos japoneses. El tío podrá tener pasta, pero es un detalle que en vez de gastársela en martinis en la Riviera Francesa o en coches deportivos, lo haga en difundir y patrocinar el arte. Habrá quien diga que esto no es arte, pero la verdad es que sí lo es. El arte es expresión, expresión de las personas que viven en una época determinada, expresión de lo que ven, viven y tienen en sus mentes y eso es lo auténticamente importante de la historia humana y no quién reinó en tal sitio entre tal y tal año y quien escabechó a quien en tal o cual guerra.


 Contemplando estas obras me sumergí en la percepción de que para el ser humano del siglo XXI ya nada es sagrado ni inamovible, que todo es risible y que cualquier icono, por sacro que sea, se puede caricaturizar hasta el esperpento, un esperpento más dentro de una sociedad deforme. Percibí el desencanto de una civilización basada en lo material que ya no tiene nada a lo que agarrarse y se desmorona poco a poco. ¿A que parezco uno de esos pedantes que se las dan de culturetas en las exposiciones? No se apuren. En una sala adyacente 


hay una colección de serigrafías de una tal Rosa Brun que son sólo franjas de colores y no me dicen nada… vamos, encefalograma plano. Será que en el fondo soy un bruto.

 Vale la pena darse una vuelta por el CAC y echar una ojeada a la colección del señor Selim Varol (la casa de este tío debe ser un poema). Estará en Málaga hasta el 16 de junio y luego cruzará el charco para exponerse en Estados Unidos. Aunque sea para hacerles vomitar, no les dejará indiferentes.

HITLER, EL INCOMPETENTE