
Por eso me compré los dos coches. Se necesitan caballos de potencia y una buena suspensión para enfrentarse a estos indeseables y tener una oportunidad. También se necesita un poco de habilidad. Modestia aparte, no se me da mal. No pocas veces he ganado a estos mindundis gracias a lo cojonudos que son mis coches y a saberme los circuitos casi de memoria para tener claro en qué momento hay que frenar y acelerar para trazar una determinada curva eficazmente, sin perder tiempo (no olviden que ya conozco los escenarios de juegos anteriores). Pero la compatencia es dura y estos tíos son despiadados. Se complacen en ir a por ti a machacarte… y cuando lo consiguen se regodean.
Hay otro aspecto a tener en cuenta. Los programadores del juego buscan continuamente como inhabilitar estas argucias y echar a quienes las usan, pero continuamente salen nuevas herramientas para burlar los sistemas de seguridad. Se necesita mucho tiempo para mantenerse al día y buscar en la red el último programita. ¡Estos tipos deben pasarse la vida entera delante del ordenador! ¿Qué pasa? ¿No estudian? ¿No trabajan? ¿No tienen familia? ¿No tienen amigos? ¿Tan vacías son sus vidas que dedican horas y horas sólo para poder jorobar al personal en un entorno donde no van a tener que asumir consecuencias? ¿Tan frustrados están? No son forofos del Need for Speed. Eso lo soy yo, que me complazco en jugar limpiamente y sé reconocer la habilidad de un tío que corre mejor que yo (que son muchos).
Si estos sujetos hiciesen en la vida real lo que hacen en el entorno virtual de la ficticia ciudad de Palmont (un decorado que parece salido de una peli, con su barrio chino y todo) estarían en la cárcel. Y ahora surge la pregunta inquietante: ¿harían en la vida real lo que hacen en el juego si tuviesen la seguridad de que no van a sufrir consecuencias? Hace algunos meses detuvieron en Málaga a un tío que arrolló a varias personas y vehículos con su BMW. Ese se olvidó que hay que asumir consecuencias… o se creía tan hábil que pensó que no le iban a pillar. No sé si jugaba al Need for Speed. Lo que sí está claro es que se trataba de un animal. Pues como ese hay muchos, sólo que encubiertos, reprimidos por el miedo. En el anonimato de la virtualidad se quitan la careta.

Pues aquí sigo. Corriendo con mis cochecitos. Invito a cualquiera que se me quiera unir. Mi alias es DOGGIIIX, así que nos vemos en Palmont. O al menos nos veremos hasta que les deje atrás y sólo vean mi trasera. Je, je…
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