sábado, 24 de marzo de 2012

Y LA MILÁ ENSEÑÓ EL CULO...

  Pues miren ustedes… ¿Y QUÉ?
 Resulta mareante la cantidad de comentarios negativos que está suscitando la actuación de Mercedes Milá la otra noche en ese gran programa de la televisión mundial, Gran Hermano: que si chochea, que si se le ha ido la olla, que si es una vergüenza, que hay que ver con lo que ha sido esa mujer y cómo se ve, que es una guarrería… esperen, esperen, ¿todo esto porque se deja tocar las tetas por un concursante y después le enseña el culo picaronamente cubierto por unos pantis calados? Admito que no ha sido uno de los mejores momentos de la televisión (ni siquiera uno de los mediocres), pero ¿acaso desentona con el resto de lo que está mostrado al público este demencial reality? (Con lo poco que me gustan los anglicismos ya llevo dos, habrá que controlarse).


 No suelo prestar atención a Gran Hermano, pero mi esposa sí (para gustos, los colores). Me siento con el portátil en el sofá haciendo lo que se tercie: trabajar, leer, jugar al Need for Speed, escribir en este blog… y de vez en cuando miro la tele de reojo viendo a los especímenes que conviven en esa casa inverosímil magreándose, hablando sobre estupideces o realizando pruebas absurdas para mofa de la audiencia. Debo admitir que me causa cierto embarazo ver a Mercedes Milá presentando un programa como ese. Ello es debido a que soy de natural criticón y malpensado, lo cual, si no se modera y controla, puede llevar a faltar al respeto a las personas. A menudo he caído en la tentación de juzgar duramente a esta señora que ha protagonizado momentos de los más memorables del periodismo televisivo español, sobre todo en el campo de las entrevistas, en el que siempre se ha desenvuelto con habilidad y carácter (repito, para gustos, los colores). ¿Cómo es que ahora se rebaja a tratar con la suerte de mamarrachos (ya ven, otro juicio) que suelen concursar en esta clase de programas? Pues bien, probablemente lo haga porque le guste y porque le paguen bien por ello, pero fundamentalmente ¡PORQUE LE DA LA GANA! Punto. ¿A quién tiene que complacer esta señora? ¿A la altura de qué circunstancias tiene que estar? ¿Hace daño a alguien? (Bueno, este aspecto sería discutible por los efectos nocivos de Gran Hermano en particular y la telebasura en general sobre la inteligencia de los seres humanos, pero eso es otro problema). Si hubiera enseñado el culo ante las cámaras en horario infantil… pues mire, sería censurable, pero vemos a las mujeres metidas en la casa ducharse medio en pelotas (o sin el medio) en esa ducha de paredes trasparentes que han puesto ahí para solaz y morbo de los varones de dentro y de fuera. ¿A cuento de qué escandalizarse porque la presentadora se levante la falda? Ha sido una cutrez, de eso no cabe duda, pero entre tanta cutrez una más no debería llamar tanto la atención. Lo cutre tiene su público. Oferta y demanda. Punto.

 Voy a proponer un símil utilizando una figura de otro campo totalmente distinto: Pablo Ruiz Picasso.  Este hombre se formó artísticamente del modo más academicista que se pudiera imaginar, siendo sus obras de juventud perfectas en cuanto a su ejecución. Hay personas que piensan que Picasso no era capaz de pintar un retrato, una marina o un bodegón, pero se equivocan de medio a medio. Una vez que Picasso hubo andado en el terreno de la pintura académica todo lo que puede andarse empezó a experimentar, a probar nuevos derroteros y acabó pintando como le dio la real gana, dejando una huella imborrable en la historia del arte que no hubiera dejado si se hubiese limitado a pintar paisajes y escenas costumbristas, por muy perfectas que fueran. Que me cuelguen si los cuadros cubistas de Picasso son bonitos, pero el arte no tiene por qué ser bello. La televisión tampoco. Mercedes Milá ha demostrado sobradamente ser una buena profesional. Si ahora disfruta presentando un programa que se da de patadas con todo lo que ha hecho antes, muy dueña es. Si quiere enseñar el culo a un concursante y provocarle para que le toque las tetas muy dueña es, porque se trata de dar espectáculo y ella lo da para aquel que quiera verlo. A quien no le guste, que no mire. Gran Hermano no me gusta, Mercedes Milá no me vuelve loco, pero las personas que viven sus vidas como quieren sin joder a los demás me inspiran, por lo menos, simpatía.

3 comentarios:

  1. Ufff! Mercedes Milá... Es una buena show woman, le gusta el espectáculo o quizás le pagan muy bien porque haga ese espectáculo.

    Sea como sea es buena profesional. Tienes razón.

    Pero sea como sea defiende su manera de ser y eso siempre es importante

    Un beso

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  2. ¡ojo! a mi Gran Hermano cada vez me gusta menos y por eso ya no lo veo (confieso que vi en su día dos programas o tres. El primero el segundo y el tercero. Ya al cambiar de casa, con todas esas comodidades y demás... La cosa cambia)... van Quinquis... ¿No habrá gente normal en el mundo?

    En fin............................

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    Respuestas
    1. Es que la gente normal no da morbo y por tanto no capta audiencia. Para ver gente normal vas al supermercado, para ver esperpentos ves Gran Hermano.

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