domingo, 12 de agosto de 2018

ABORTO ANTICONCEPTIVO


 “La loca del bebito” es como se conoce en Argentina a Mariana Rodríguez Varela, cabeza visible de una de tantas campañas anti abortistas protagonizadas por elementos de extrema derecha. En este caso la señora viene de casta, siendo hija de Alberto Rodríguez Varela, ministro de justicia durante la sangrienta dictadura de Jorge Rafael Videla y abogado defensor de éste durante el proceso judicial que se le abrió por crímenes de lesa humanidad. La señora se pasea repartiendo a diestro y siniestro modelos en yeso o plástico de fetos humanos con un discurso plagado de insensateces. Sin duda está que no cabe en sí de gozo por el rechazo de la ley por un aborto libre en el senado argentino. Ducho rechazo es muestra del sinsentido y sectarismo que asiste a la clase política cuando motivos  ajenos  a la razón entran por la puerta.
 
  Me pregunto cómo puede haber personas con tan poquísima vergüenza como para afirmar que el aborto se está tomando como un método anticonceptivo más.  Una cosa es que la Organización Mundial de la Salud lo considere una herramienta a aplicar cuando las técnicas al uso de planificación familiar fallan, pero otra muy distinta es afirmar que una mujer pueda considerar tal opción con la misma familiaridad que tomarse la píldora o ponerle un condón a su pareja.

 Madre mía, si hasta la píldora del día después te deja el cuerpo fatal por el bombazo hormonal que supone. Un aborto puede ser una putada si no se dan unas condiciones mínimas: como que las personas del  entorno tengan la decencia suficiente como para no juzgar o siquiera cuestionar a la mujer que toma la decisión, limitándose a apoyarla y acompañarla; que la intervención vaya a tener lugar con las garantías necesarias y que el personal sanitario tenga el tacto imprescindible en un contexto que no es precisamente como ir a quitarse una verruga. Atención, apoyo y respeto a una mujer que al fin y al cabo  decide libremente sobre su cuerpo y su futuro.

 Pero no, claro. El aborto es un crimen. Un crimen nefando. Lo dice la Santa Madre Iglesia, pues en los Salmos, en el Antiguo Testamento, podemos leer:
Tú creaste mis entrañas;
me formaste en el vientre de mi madre.
  ¡Te alabo porque soy una creación admirable!
¡Tus obras son maravillosas,
y esto lo sé muy bien!
 Mis huesos no te fueron desconocidos
cuando en lo más recóndito era yo formado,
cuando en lo más profundo de la tierra
era yo entretejido.
Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación:
todo estaba ya escrito en tu libro;
todos mis días se estaban diseñando,
aunque no existía uno solo de ellos.

  Salmo 139. 13-16 

 Pues entonces, ya que Dios nos conoce desde que estamos en el seno materno y ya toda nuestra historia está escrita en su libro (con lo que aquello del libre albedrío se convierte en un timo), da igual que el embarazo se interrumpa en el mismo momento de la concepción o a los cinco meses. Un crimen es un crimen y punto. Entonces van unos señores (y señoras) de ideas rancias, posiblemente de derechas, muy católicos y católicas, con la Santa Madre Iglesia detrás, a votar en el Senado para mantener el aborto fuera de la ley, imponiendo sus creencias a todos los demás. Eso es lo que ha pasado en Argentina.

  A ver si lo decimos claro: imponer creencias a los demás es INMORAL. Condicionar la vida de los demás en base a creencias que no tienen es INMORAL. Meter la religión en la vida política para coartar el libre albedrío de otras personas es INMORAL. Sólo el científico tiene potestad para asesorar al político sobre la pertinencia o no de un aborto libre y gratuito.


  El biólogo, para ilustrar sobre la diferencia entre embrión, feto y ser humano. Porque lo dicho en un libro escrito hace cuatro mil años no puede condicionar las vidas de las personas hoy en día. Un embrión no es un ser humano.



 El médico, para llamar la atención sobre el espantoso problema de salud pública que se da cuando las mujeres sin recursos tienen que abortar sin garantías sanitarias. Las que tienen recursos viajan fuera del país y punto.

  El psicólogo para ilustrar sobre el despropósito de niñas de quince años criando bebés... o sobre las secuelas de dar a luz el fruto de una violación e incluso sobre el hecho de que emocionalmente el aborto no es una experiencia inocua y que las mujeres no asisten a él con frivolidad.

  Dicho de otra manera. La Iglesia no tiene nada que decir, salvo a los cristianos practicantes. Por ello su injerencia en los asuntos del resto de la sociedad debe ser atajada de raíz. Detrás de los autodenominados grupos  pro-vida  está  la  derecha  más  reaccionaria,  codo  a  codo  con   la  Iglesia  en  su  arcaica  alianza. Una alianza entre cuyos objetivos se cuenta mantener a la mujer en un segundo plano. Una mujer sometida, incapaz de decidir sobre su propia vida. Una alianza que estigmatiza a la mujer que vive su sexualidad de manera libre y sin estar sometida a los dictados de los hombres. Porque si una señora ha salido por la noche con unas amigas, conoce a un señor, tiene relaciones sexuales con él y se queda embarazada porque el condón se rompe, porque se olvidó de tomar la pastilla o sencillamente porque estaba tan pedo o tan entusiasmada que no pensó en nada más… tiene derecho a poner fin a ese embarazo dentro de los límites que marca la ley amparada por la ciencia, porque no quiere ser madre y no tiene por qué serlo, porque con esa interrupción del embarazo no se va a asesinar a nadie, porque no hay nadie a quien asesinar. Ese embrión no es un ser humano.  Considerarlo así es creencia y las creencias deben ceñirse al ámbito privado, no invadir el público cuando hay otras personas que no las comparten y la ciencia da sobradas explicaciones al respecto.

  Antes de redactar estas líneas me di un paseo por la red, para tomar el pulso del tema. Topé con un artículo del asqueroso panfleto de derechas Despiertainfo.com.  El título no podía ser más significativo: El aborto como método anticonceptivo, una triste realidad. Focaliza la atención sobre algunos datos del Informe sobre Interrupciones Voluntarias del Embarazo, publicado por el Ministerio de Sanidad, correspondiente a 2015, concretamente sobre las mujeres que abortaron por segunda o sucesivas veces.  Ese año se llevaron a cabo en España 94188 abortos, dentro de una población de mujeres en edad fértil de cerca de 11 millones. Unas 23000 abortaron por segunda vez, unas 8000 por tercera, unas 2500 por cuarta, unas 1000 por quinta y unas 800 por sexta o más.

 Ahora bien, cerca de 60000 abortaron por primera vez y lo más probable es que no vuelvan a hacerlo. Sería interesante poder realizar un estudio estadístico sobre la situación social de esos miles de mujeres que abortaron por segunda o sucesivas veces. Me vienen a la mente los miles de mujeres que se dedican a la prostitución en este país, por poner el caso... El Centro de Inteligencia Contra el Crimen Organizado, dependiente del Ministerio del Interior, estimó en 2012 unas 45000. Pocas me parecen, pero eso es otro maldito problema. 

 Eso sí, los mamarrachos de Despiertainfo.com pasan por alto un dato curioso del informe: al año siguiente de la aprobación de la nueva Ley del Aborto por el gobierno de Zapatero (2010) hubo un repunte del número de abortos, pero en los años sucesivos dicha cifra no ha hecho sino bajar. En 2011 fueron 118611 y en 2016 fueron 93131. Evidentemente a los grupos pro vida no les interesa vociferar que en España hay cada vez menos abortos, con una ley que lo despenaliza totalmente y todo. Es más efectivo pintar un panorama de mujeres casquivanas follando como conejas y yendo alegremente a abortar cada vez que se quedan preñadas.

  Malditos, malditos sean, por embusteros, por hipócritas, por fanáticos y por oscurantistas herederos de la más antigua tradición de inquisidores. Antes llamaban brujas a las mujeres que querían librarse del yugo de los hombres. Hoy las llaman feministas con un deje despectivo, cuando no feminazis… o cosas peores.

El aborto libre y gratuito, acompañado de una educación sexual sin mojigaterías es un requisito esencial para una sociedad libre e igualitaria.

  Y los curas… a sus iglesias. Con sus fieles, con la loca del bebito y sus fetos de plástico, a la cabeza.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

HITLER, EL INCOMPETENTE