domingo, 14 de octubre de 2012

BOLSOS ENSANGRENTADOS

 Mi amigo Fernando García se hacía eco días atrás en Facebook de un suceso que aconteció en vísperas de la pasada Navidad y que ha sido divulgado por diversas plataformas solidarias, entre ellas el partido SAIN (Solidaridad y Autogestión INternacionalista). Una joven encontró una nota escrita en chino dentro de un bolso que compró en un todo cien de Santiago de Compostela (regentado por chinos, naturalmente). Al principio no le dio importancia, pero luego, picada por la curiosidad, buscó los medios para que se la tradujeran y esto es lo que decía:

“Queridos amigos,
Cuando están usando esos bolsos, ¿saben dónde están hechos? Los bolsos vienen de una prisión china. Como prisioneros, trabajamos 19 horas al día. No tenemos tiempo para descansar, ni tenemos mucho para comer, y mucho menos tenemos derechos humanos. No hay libertad aquí dentro, sólo tareas por días y noches sin parar.
Por favor, reclamen nuestros derechos humanos en Internet por nosotros. Somos los prisioneros de la prisión china de la ciudad de Jinzhou en la Provincia Hebei. El gobierno nos golpea y nos maldice. Muchas veces no nos dan comida, y nos pegan cuando les parece que somos lentos en nuestros trabajos. La vida en está cárcel es peor que la de los animales.
¡Pedimos nuestros derechos humanos!
China es un país en el que parece que se habla de los derechos humanos, pero no existen. Para los funcionarios del gobierno chino, los prisioneros no son humanos.
Yo, un prisionero chino, les pido que transmitan esta información a todo el mundo para que sepan cómo están maltratados los prisioneros en la Prisión Pública de Jinzhou y en las otras cárceles de China.

De 50 prisioneros,

Agosto, 2011”

 Personalmente opino que la posible autenticidad o falsedad de esta carta es lo de menos. Que los derechos humanos son pisoteados en China un día sí y otro también es cosa sabida. Sin embargo nuestros hediondos dirigentes que, sin ir más lejos, cantan alegremente al viento las maldades del régimen cubano, hacen la vista gorda ante las indignidades del gobierno chino. Así debe ser a tenor de los muchos acuerdos comerciales y de cooperación mantenidos con aquel país por empresas e instituciones españolas.

 Miren ustedes, un país donde un obrero que trabaja diez horas diarias en una fábrica de bolsos de lujo de una glamorosa marca occidental para ganar el equivalente a cien cochinos euros mensuales es un país indigno. Un país en el que los presos trabajan forzados para empresas privadas es un país esclavista y que como tal debería ser repudiado por toda la comunidad internacional. Sin embargo me temo que a los países indignos se los repudia o no en función de la conveniencia económica. Muy ventajosa debe ser para alguien la complicidad de España con China, hasta el punto de haberles concedido las ventajosísimas condiciones fiscales para la apertura de negocios en nuestro país, hasta el punto de que la competencia desleal hacia los comerciantes españoles es intolerable. La balanza comercial con China, además no puede estar más descompensada, ya que les compramos una barbaridad de cosas y les vendemos una minucia en comparación.

 La connivencia con un régimen esclavista es una más de las cosas que huelen a podrido en este país y cuyos beneficios para el común de los ciudadanos parecen no existir (más allá de que podamos comprar muy baratos productos de una calidad deleznable). Un aspecto más de la degradación que está sufriendo España. Quizá haya que pensarlo antes de entrar en una tienda de chinos. Los artículos pueden estar teñidos de sangre.

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