martes, 23 de octubre de 2012

UN AÑO PREDICANDO EN EL DESIERTO

 Hoy se cumple un año desde que empecé a escribir en este blog. Aún no sé por qué lo hice. Simplemente me apetecía y me dio la gana.   Hay quien me ha dicho que con mis artículos  invito a pensar y otros que con mis artículos les aburro. Lo primero resulta halagador. Lo segundo resulta inevitable. Yo me contento con ser un simple testigo de la época en la que me ha tocado vivir y compartir mis impresiones con aquel que quiera leerlas.

 Cada persona que me lee me hace feliz. Estoy seguro de que no todas las veces que se ha abierto mi blog en este año ha desembocado en una lectura completa, pero me consta que muchas de ellas sí y con eso es con lo que me quedo. Es algo que me hace sentir muy bien y más aún cuando alguien ha considerado algunas de mis entradas lo suficientemente significativa como para compartirla con otras personas.

 Sin embargo, me desagrada el hecho de que últimamente la mayoría de mis entradas están adoptando un tono bastante sombrío, ya que me estoy refiriendo a temas de  la actualidad social y el tema está francamente mal.  Ya veremos cómo sigue evolucionando. Evolucionará conmigo y creo que seguirá siendo agradable sentarme a escribir durante un año más… a ver qué pasa,

 Quiero agradecer a todos los que en alguna ocasión me han leído, el hecho de al menos haberme dado una oportunidad. A los que me leen con cierta frecuencia, que algunos y algunas  hay… Bueno a ellos y a ellas les dedico este año de “Predicando en el Desierto”, el que viene y todos los que vengan mientras el cuerpo aguante.  Eso siempre que el mundo no se acabe en diciembre. Ya saben lo del calendario maya…

 Muchas, muchísimas gracias, a todos y a todas.

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