martes, 11 de diciembre de 2012

LA MADRE DE LOS PROGRAMAS INFORMÁTICOS


 La falta de originalidad de tener Google como motor de búsqueda predeterminado en el PC hace que te enteres de cosas interesantes, gracias a esas ilustraciones que sustituyen al logotipo habitual cuando se conmemora algo. En este caso me permitieron acercarme a la figura de Ada Lovelace, la primera programadora informática de la historia, nacida en ¡1815!

 Ada Augusta Byron King (su nombre de soltera) era la única hija legítima de George Gordon Byron, el famoso Lord Byron, aristocrático y calavera poeta y aventurero que tuvo a bien casarse con la madre de Ada, Annabella Milbanke, dejarla embarazada y partir al poco tiempo de Inglaterra para no volver jamás, vivo al menos. Eso no gustó nada a la abandonada esposa, que desarrolló cierta tirria hacia los artistas en general y los poetas en particular, procurando que la educación de su hija se decantase hacia la ciencia, cosa rara en aquella época tratándose de una niña, incluso en una familia rica, que era el caso. Las semillas encontraron terreno abonado y Ada desarrolló especialmente gusto por las matemáticas.

 Cuando uno ve retratos de Ada Lovelace se encuentra con la imagen típica de una dama de su época, con el vaporoso vestido, la exagerada palidez y el gesto lánguido incluido, además, era bastante mona la muchacha. Uno se la imagina tomando el té, jugando al cricket con una amplia pamela que la proteja del sol o bailando un vals con un apuesto caballero; nunca rodeada de libros y papeles y enfrascada en sesudos estudios.

 Un momento crucial en su vida fue el día en que le presentaron a Charles Babbage, prestigioso profesor de matemáticas de Cambridge, que estaba desarrollando una misteriosa máquina analítica, un monstruo de treinta metros de largo por diez de ancho e impulsado a vapor, cuya finalidad sería la realización de complicados cálculos. En teoría estaba bien, pero en la práctica los problemas de mecánica y de diseño dieron al traste con el proyecto, lo cual no impidió que Babbage y Ada sentasen las bases de la informática; él en la concepción y diseño de dispositivos y ella en la elaboración de las series de instrucciones para que dichos dispositivos cumplieran sus funciones. Resumiendo y para entendernos Babbage sería el padre del hardware y Ada la madre del software. El trabajo de ambos inspiró por los equipos técnicos que desarrollaron los primeros (y mastodónticos) ordenadores durante y tras la Segunda Guerra Mundial. Fue la suya una colaboración fructífera, demasiado según las malas lenguas y es que se habló de adulterio. Ella estaba casada con William King, primer Conde de Lovelace y al parecer éste la abandonó poco antes de que ella muriese a los 36 años, por un cáncer de útero.  Algo del espíritu libertino de su padre debió pasar a la hija pese a los desvelos de su madre, pues era aficionada al juego (acumuló cuantiosas deudas por este motivo) y a la bebida y además se labró entre la buena sociedad fama de ligerilla de cascos. Pidió ser enterrada junto a su padre en la iglesia de Santa María Magdalena en Hucknall, condado de Nottingham. Esto tuvo que ser el remate de los tomates para su pobre madre.

 Resulta curioso que estemos en deuda con tan controvertido personaje por motivos tan dispares. Por un lado le debemos que nuestras vidas estén controladas por una maraña de redes informáticas y por otro que esas mismas redes nos permitan tener acceso a cantidades ingentes de información e incluso poder publicar nuestros desvaríos en un blog. El siglo XIX fue detonante de una transformación brutal del mundo que aún no se ha detenido y visto lo visto   me da por pensar que quizá nos  hubiese ido mejor si Lady Lovelace se hubiese dedicado a tomar té y jugar al cricket y Mr. Babbage se hubiese contentado con ser un buen profesor y no ir de visionario por la vida. En fin. Lo hecho, hecho está. A apechugar.

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