sábado, 2 de junio de 2012

¡BAJO PRESIÓN!

Todos vivimos bajo presión, sólo que unos eligen darse cuenta y otros no. La presión es despiadada y no da tregua, como dice la famosa canción de Queen, en la que el genial Freddie Mercury tuvo a su lado al no menos genial David Bowie:

PRESSURE PUSHING DOWN ON ME
PRESSING DOWN ON YOU NO MAN ASK FOR
UNDER PRESSURE
THAT BURNS A BUILDING DOWN
SPLITS A FAMILY IN TWO
PUTS PEOPLE ON STREETS

 O más o menos traducido al castellano:

PRESIÓN APLASTÁNDOME
APLASTÁNDOTE, NINGÚN HOMBRE LA PIDE
BAJO
PRESIÓN

DERRUMBA UN EDIFICIO
DIVIDE UNA FAMILIA EN DOS
PONE A LA GENTE EN LA CALLE

 Es cierto que nadie la pide, pero nos alcanza y sólo la eluden aquellos lo suficientemente ingeniosos y egoístas para desviarla sobre otros, pero esto supone un problema. Dejen que se lo explique mediante un símil en física, en unos términos de andar por casa, obviamente. No voy a intentar dármelas de lo que no soy. Yo soy de letras.

 La forma ideal para un recipiente que deba soportar altas presiones, ya sean interiores o exteriores, es la esfera, ya que cualquier punto de su superficie es eficientemente apoyado por todos los demás. De este modo un recipiente hermético de forma esférica puede soportar la misma presión que otro de forma cilíndrica, por poner un ejemplo, de paredes más gruesas. El problema es que fabricar un recipiente esférico es mucho más complicado y costoso que fabricar un recipiente cilíndrico y el ahorro de material no lo compensa. Un recipiente esférico es una joya, un lujo, casi una rareza. Tanto que su fabricación se reserva para empresas excepcionales, como la inmersión a gran profundidad.

 Este aparato de aspecto un tanto desgarbado que pueden ver en la imagen es un batiscafo, un ingenio realmente sorprendente: el único capaz de transportar  seres humanos a las profundidades abisales (entre los 2000 y los 6000 metros) y aún más abajo, hasta las ignotas fosas de la zona hadal. Pese a su gran tamaño, sólo la esfera inferior constituye la zona habitable para una tripulación de dos personas como máximo. El casco alberga grandes depósitos que se llenan de un fluido más ligero que el agua, generalmente gasolina. Es algo así como un globo dirigible submarino.

 La presión del agua aumenta una atmósfera por cada diez metros de profundidad, así que la más mínima fisura en el casco esférico de la cabina del batiscafo condenaría a muerte sin remisión a sus tripulantes, aplastados como huevos. Sólo la estabilidad estructural de la esfera de acero que les envuelve protege sus vidas.

 Algo parecido sucede en los grupos humanos, ya sean familias, equipos de trabajo, empresas o países enteros. La dinámica diaria genera presiones que pueden ser abrumadoras y todos ustedes saben de qué les hablo. Sin uno de los miembros de un grupo humano no soporta solidariamente su parte de presión, ésta redundará en todos los demás y pondrá en peligro la estabilidad del sistema. Evidentemente todos podemos tener un mal día o una mala racha que nos lleve a flaquear, pero convendrá que pongamos los medios para reponernos o aquellos que nos rodean empezarán a resentirse, con lo cual se corre el riesgo de que todo se vaya al garete.

 En estos días estamos asistiendo al penoso espectáculo de ver como nuestro gobierno asiste con millones de euros a Bankia, para salvarla de la debacle por una gestión ruinosa. Casualmente tengo mi cuenta en esta entidad, pero como casi siempre estoy en números rojos me trae un poco al fresco. Sin duda se trata de un escándalo, un desperdicio atroz de recursos en un país que se asfixia sin que ningún directivo asuma ni la más mínima responsabilidad. ¿Tendrían ustedes un trato tan benigno si cometieran una cagada de tal calibre? Evidentemente no. Casos así constituyen el tipo de desequilibrios que de manera lenta e insidiosa conducen al colapso de una civilización. El pueblo abnegado soporta las negligencias y los abusos de líderes incompetentes o abiertamente rapaces hasta que el vaso se colma y todo salta por los aires. Puede que esta vez no sea así… o puede que sí sea. Ya veremos.

 A menor escala es exactamente igual. ¿Quiere usted ser la fisura que haga estallar la cabina de su batiscafo particular?  Yo tengo claro que no. Hagamos lo que podamos para evitarlo.

 No quiero dejarles con mal sabor de boca, así que les obsequiaré con la canción a la que aludí al principio. Disfrútenla y cuídense.

 

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