domingo, 8 de julio de 2012

MENSAJES DE ULTRATUMBA (y II)

 Yo no veo por ningún sitio ni lo inexplicable ni lo sobrenatural. La mayoría de charlatanes que reciben supuestos mensajes de ultratumba se valen de elaborados medios de recogida de información sobre sus víctimas y sus circunstancias para confeccionar las parrafadas que sueltan. Un caso conocido es el de Ann Germain, actualmente una estrella mediática en nuestro país, cuyas fraudulentas maniobras llevan tiempo siendo denunciadas.

 El encuentro que he citado se concertó por teléfono días antes. Eso da margen para la recogida de información. Aunque la supuesta médium y sus clientas viven en distintas localidades, ambas no distan entre sí por carretera más de 35 Km. Eso aumenta las posibilidades de que la médium conozca gente en la localidad de las clientas, además se trata de localidades pequeñas en que la Vox Pópuli funciona más eficazmente que cualquier agencia de noticias. No voy a entrar en especulaciones sobre la red de cómplices que proporciona la información a la médium, pero las posibilidades son diversas, lo dejo a su imaginación. Además, los datos sobre el accidente son del dominio público. Existen medios nada sobrenaturales para que la médium sepa de la vida y milagros de las dos chicas y su círculo más íntimo antes de que se produzca el encuentro y guarde varios ases en la manga para jugarlos en el momento preciso. Esta vez tocó sacar el del amigo muerto en trágicas circunstancias. Un golpe de efecto maestro.

 Esta suerte de delincuentes de la psicología humana suman a este manejo preciso y eficaz de la información el uso de un sencillo principio conocido como “Efecto de la validación subjetiva” o “Efecto Forer” por el cual los individuos tienden a dar por buenas descripciones de su personalidad supuestamente realizadas para ellos, pero que en realidad se pueden aplicar a un gran número de personas. El psicólogo Beltram Forer realizó un experimento en 1948, aplicando un test de personalidad a un grupo de estudiantes y dándoles a cada uno posteriormente una interpretación de su personalidad totalmente falsa (a todos la misma) que había confeccionado juntando fragmentos de diferentes columnas de horóscopos en prensa. Aplicando un cuestionario para que los estudiantes expresaran el grado en que la evaluación se aplicaba a ellos mismos se obtuvo una puntuación promedio de 4,26 sobre 5. Este experimento se ha repetido en numerosas ocasiones, obteniendo siempre puntuaciones similares. Esta es la evaluación de pega que Forer coló a sus sujetos-pardillos experimentales:

 “Tienes la necesidad de que otras personas te aprecien y admiren, y sin embargo eres crítico contigo mismo. Aunque tienes algunas debilidades en tu personalidad, generalmente eres capaz de compensarlas. Tienes una considerable capacidad sin usar que no has aprovechado. Disciplinado y controlado hacia afuera, tiendes a ser preocupado e inseguro por dentro. A veces tienes serias dudas sobre si has obrado bien o tomado las decisiones correctas. Prefieres una cierta cantidad de cambios y variedad y te sientes defraudado cuando te ves rodeado de restricciones y limitaciones. También estás orgulloso de ser un pensador independiente; y de no aceptar las afirmaciones de los otros sin pruebas suficientes. Pero encuentras poco sabio el ser muy franco en revelarte a los otros. A veces eres extrovertido, afable, y sociable, mientras que otras veces eres introvertido, precavido y reservado. Algunas de tus aspiraciones tienden a ser bastante irrealistas”.

 ¿Acaso usted no la daría por buena? Tomen algunos datos personales eficazmente seleccionados y combinados con algunas afirmaciones de esas que nos cuadran casi a cualquiera, póngalas en el momento adecuado y ante la persona adecuada enmarcados en la atmósfera adecuada y tendrá ante sí a un creyente convencido de que lo que está oyendo es un mensaje de su ser querido muerto. Obviamente no es tan fácil. Hay que ser condenadamente bueno en el arte de embaucar, pero la teoría es sencilla, sólo es cuestión de talento, pocos escrúpulos, trabajo concienzudo y mucha práctica. La predisposición de la víctima a creer hace el resto.

 Yo no soy un escéptico completo. Quien me conoce sabe que opto por la postura gallega ante lo sobrenatural “yo no creo en las meigas, pero haberlas haylas” y ya he publicado en este blog mis experiencias con el espiritismo. Las personas que conocí dedicadas a tan pintoresca actividad no se lucraban con su práctica y creían en lo que estaban haciendo. Yo ni quito ni pongo rey, pero si algo tengo claro es que los indeseables que ofrecen sus servicios “sobrenaturales” por un módico precio son unos delincuentes. Sin embargo, estoy abierto a que alguno de ellos intente deslumbrarme, sin pagarle ni un céntimo, eso sí.

 Para terminar. En una de aquellas sesiones de espiritismo a las que asistí de joven, un supuesto espíritu se dirigió a mí a través de una medium. Me recomendó que me cuidara las molestias digestivas que tenía. En esa época reventaba de gases. Sería que mis parientes fallecidos tendrían mejores cosas que hacer que comunicarse conmigo y al pobre espíritu no se le ocurrió nada mejor. Lo cierto es que no recuerdo si en aquella época pregonaba yo este problemilla digestivo a los cuatro vientos, verbalmente al menos. Estoy seguro de que la medium no sabía de mis flatos, de ningún modo se me habría ocurrido aliviarme en su presencia.

1 comentario:

  1. Tiene sentido lo que escribes. Jjajajaja, me encanta el humor que destilas al escribir. Me ha hecho especialmente gracia esta frase;

    Lo cierto es que no recuerdo si en aquella época pregonaba yo este problemilla digestivo a los cuatro vientos, verbalmente al menos

    jajajaj verbalmente al menos... jajajajaja

    un beso guapi. Te sigo leyendo

    www.mamitadelsur.blogspot.com

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