viernes, 28 de octubre de 2011

NIÑATOS (y II).

Porque, claro, conductor niñato, tú estás controlando perfectamente la situación cuando acercas tu cochecito sobrado de caballos a mi parachoques trasero. Si me veo obligado a frenar o hacer cualquier maniobra brusca, tú podrás frenar al instante o esquivarme en una fracción de segundo sin perder el control, evitando así que nos matemos tú, yo y todos los que viajen con nosotros. Eres un as del volante y yo una basura por interponerme en tu camino y coartar tu derecho a violar todos los límites de las normas de tráfico y del sentido común.

 Porque, por otra parte, tú siempre tienes razón. Tienes todo el derecho del mundo a avasallarme y a faltarme el respeto, aunque sea tu padre, tu madre, tu esposa, tu marido, tu hijo, tu hija, tu abuelo, tu abuela, tu novio, tu novia… un ser humano sujeto de derecho. Todo carece de importancia porque tú tienes razón y la impones gritando, amenazando y si se tercia con una buena ostia

 Y claro, las mujeres están para tu disfrute, puedes darte el lujo de mirarlas y remirarlas de arriba abajo porque se visten como lo hacen justo para que tú las mires y comentes lo buenas que están y lo que les harías con un par de cojones. Si intentas requebrarlas y se atreven a mandarte a tomar por saco, no te cortes machote: son unas estrechas… o quizá sean hasta lesbianas. ¿Cómo si no iban a rechazarte?

 ¿Tú estudiar? ¿Trabajar de verdad (no hacer el paripé)? Eso es para panolis. Tú dedícate a vivir del cuento, de tus padres mientras se dejen ¿y luego? Prueba suerte en algún concurso de la tele donde lo que se valore sea alcanzar los niveles de cretinismo más inverosímiles. Quizá llegues a famosillo o colaborador de uno de esos programas que llaman (¡Dios sabrá por qué!) del corazón. Sin embargo lo más probable es que te quedes por el camino y te veas obligado a (¡redios!) trabajar en lo primero que te salga. Siempre que no tengas estómago para delinquir o prostituirte.  Por cierto, cuando tus padres no te sean ya de utilidad, ¡déjalos tirados! Total, después de todo son los culpables de haberte traído al mundo.

 Por otra parte, nunca te comprometas con una pareja. Las personas son para usarlas y tirarlas y si cometiste el imperdonable error de amarrarte a alguien cuando eras joven… ¡no te preocupes! Te separas y en paz. Pasa de responsabilidades, de hijos, de pensiones compensatorias y sobre todo pasa de amar a nadie, porque no eres capaz.

 Y más salvajadas, más, más… Cada una mayor que la anterior, pero todas perfectamente justificadas. Jolín niñato, qué bien te lo has montado. Hay gente que incluso puede creer que eres respetable de tan bien que encubres tu niñatería.

 Niñato, eres una mala bestia… ¿o no?

 ¿En qué condenado momento te convertiste en lo que eres? ¿Por qué, mientras otros se convertían en personas tú te ibas convirtiendo en una especie de agujero negro que todo lo devora no dejando tras de sí más que el vacío? ¿Eres recuperable? ¿Cabe esperar algo de ti? Es más… ¿podría pasarme algo que me llevara en un momento dado a ser como tú o aún peor? ¿Hay algún remedio que cure lo que tú eres e inmunice a los que no son como tú pero pueden llegar a serlo? ¿Y si yo, que tan bueno puedo llegar a creerme en un absurdo ataque de ombligocentrismo, soy ya como tú, sólo que aún no me he dado cuenta?

 Me lo preguntaré cada día al mirarme al espejo por las mañanas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

HITLER, EL INCOMPETENTE