Hace unos días me contaron un hecho “inexplicable”. Las comillas son necesarias, ya que los hechos “inexplicables” son tan raros de encontrar como un trébol de cuatro hojas. Otra cosa es que tengamos tiempo y ganas de ponernos a buscar la pertinente explicación, a menudo bastante escondida y que las más veces resulta muy insulsa y vulgar sin la comparamos con la misteriosa ilusión creada por el hecho “inexplicable”. En este caso se trataba de supuestos mensajes de personas fallecidas a través de una “sensitiva”, “médium” o como demonios se la quiera llamar. Sin embargo, permítanme divagar un poco.
Los ilusionistas son profesionales del engaño, pero del engaño pactado entre ellos mismos y el público que asiste a su espectáculo. Todo el mundo sabe que lo que allí se va a ver son estudiados trucos y que la gracia reside en la maestría del ilusionista en lograr que parezcan realmente mágicos. Todo número de ilusionismo se basa en desviar la atención del observador hacia estímulos secundarios (un pañuelo vaporoso que ondea, un destello cegador o las opulentas formas de la bella ayudante) mientras el profesional lleva a cabo sus maniobras. Esto tiene mérito y requiere largos años de formación y práctica. Es de admirar. Como ya he dicho se trata de un engaño pactado. Es un espectáculo. El público se queda con la boca abierta y el ilusionista guarda sus secretos conservando así el aura de misterio que da vidilla al espectáculo. Es un divertimento inocente y todos quedan contentos.


El caso que nos ocupa es típico: médium a la que acude una muchacha y su amiga. El novio de una de ellas les acompaña pero, como a él no le interesan esas cosas, dice que vendrá a recogerlas más tarde. La médium, que les recibe en la puerta, se dirige al chico antes de que se marche y le pregunta si puede decirle algo. Éste, no sin cierta reticencia, le dice que sí y la médium le zampa a bocajarro que un amigo suyo, fallecido en accidente, tiene algo que decirle. La médium da además algunos datos sobre las circunstancias del accidente. Ninguno de los tres ha hablado antes con la médium y no viven en la misma localidad que ella. No se conocen. Resultado: los tres se quedan patitiesos y la médium se ha metido en el bolsillo a sus dos clientas, que inevitablemente se tragarán todo lo que les diga.
(Continuará)
Capullo!!! Págame derechos de autora o algo!!! Por cierto, Houdini bastante atractivo, nunca lo hubiese imaginado así.
ResponderEliminarChiquilla, modérate. Los derechos los pagaría si me lucrase con esto. Orgullosa deberías estar de ser una de mis fuentes más ricas.
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