martes, 11 de septiembre de 2012

TENGO UN TUPPER CON TU NOMBRE, ESPERANZA

 Siempre consideré a Esperanza Aguirre un ser absolutamente prescindible. Una niña bien, ultraconservadora y neoliberal, con ese completo desprecio por la realidad social propio de aquellos que tienen nóminas de varios miles de euros. Eso, por sí mismo, no la haría mejor ni peor que la mayor parte de los políticos de este país y parte del extranjero, pero recientes acontecimientos la están convirtiendo en un ser, a mis ojos, absolutamente deleznable. De esos a los que pienso que habría que juzgar por alta traición como conspiradores que intrigan para reducir su país a la categoría de república bananera. Me estoy refiriendo al proyecto Eurovegas.

 Dicho proyecto es un absoluto desatino y no entraré en tópicos sobre mafiosos, corrupción moral de la sociedad y demás. No es necesario. Abrir las puertas a un magnate de los casinos como Sheldon Adelson, artífice de la iniciativa,  supone plegarnos al capitalismo más negro y salvaje que se pueda imaginar. Este nativo de Boston es el paradigma del hombre de negocios “hecho a sí mismo” surgido de la nada y que amasa una gran fortuna gracias al trabajo duro y a una actitud agresiva… y a los pocos escrúpulos, todo hay que decirlo, ya que sus  empresas están siendo investigadas por el Departamento de Justicia de Estados Unidos por una supuesta trama de sobornos a altos funcionarios del Gobierno Chino que habrían proporcionado ventajosas condiciones para la construcción y funcionamiento del complejo de casinos “Sands Macao”. Entiendo que nada de esto repugne a la laxa mentalidad neoliberal de la señora Aguirre. ¿Habrá ya miembros de la administración “untados” por el grupo de Adelson? Entre las exigencias de éste al gobierno español están las exenciones fiscales. Interesante, ¿verdad? Esta mujer ya se ha mostrado públicamente partidaria de un cambio de leyes para favorecer el desarrollo del proyecto. Sí señor, este es el orden natural de las cosas, legislar para favorecer a la empresa privada. Liberalismo galopante, el poder político supeditado al económico ya sin disimulo alguno. Espe se quita la careta. Ya era hora. Lástima que la furibunda ama de casa que le arrojó el Tupper hace unos días no tuviese mejor puntería, habiendo tenido antes el detalle de rellenar tan inocente objeto con cemento armado… tan duro como la cara de su objetivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

HITLER, EL INCOMPETENTE