Con un sentido de la oportunidad que no alcanzo a comprender demasiado bien (será por mi propia torpeza y cortas entendederas) hoy 28 de febrero, día de Andalucía, se presentan una serie de sondeos pre-electorales en los que se arroja una fuerte caída en la intención de voto para el Partido Popular. Javier Arenas aún gana en las encuestas, pero al parecer su obtención de una mayoría absoluta ya no está clara. A mi modo de ver era de esperar. Nuestro flamante nuevo Presidente del Gobierno de España, don Mariano Rajoy, ha entrado al frente de su gabinete como una brigada de caballería a galope tendido dando sablazos a diestro y siniestro: subidas de impuestos, abaratamiento del despido, recortes presupuestarios… Evidentemente nos hemos acojonado… al menos yo lo he hecho y yo SI tengo derecho a quejarme, porque no lo he votado. ¡A ver! Me dirijo a los votantes que han decidido arrojar al país en brazos del conservadurismo neoliberal más rancio. ¿Qué esperaban? ¿Rapartos gratuitos como en el Imperio Romano? Eso ya lo hizo el sr. Rodríguez Zapatero vaciando las arcas y disparando el déficit público, dando excusa a los otros para aplicar medidas draconianas.
Yo estoy tan cansado como el que más del enquistamiento del Partido Socialista en el Gobierno Andaluz, pero no creo que una mayoría absoluta de la derecha sea solución de nada, sólo inicio de otro paquete de medidas salvajes que vamos a pagar los de siempre, los de a pie. Insisto en la completa insensatez del concepto de voto útil, acuñado por los partidos mayoritarios para manipular a las masas y ganar mayorías absolutas, que no son sino dictaduras encubiertas sustentadas en un pueblo demasiado asustado o indolente para pensar por sí mismo. ¡Votemos en conciencia! Y que los políticos se batan el cobre en las cámaras de representantes. Demasiado poder en un gobernante nunca fue bueno para el pueblo y lo estamos viendo. No quiero una Andalucía gobernada por un partido en mayoría absoluta, sea el que sea. Que los partidos luchen por un escaño, no se lo pongamos fácil. Lo único que espero es que en esta guerra no haya más daños colaterales.
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