jueves, 17 de noviembre de 2011

DECÁLOGO DE D. EMILIO CALATAYUD PARA CRIAR UN PEQUEÑO DELINCUENTE (IV)

4. NO REGAÑE NUNCA A SU HIJO, NI LE DIGA QUE ESTÁ MAL ALGO DE LO QUE HACE… PODRÍA CREARLE COMPLEJOS DE CULPABILIDAD.

Mi hija pequeña es un dulce. Es cariñosa y muy sensible. Cuando la regaño por algo le duele muchísimo y a mí me parte el alma verla llorar, pero más me la partiría verla sufriendo un revés tras otro en la vida por no haber interiorizado las limitaciones que todos los que vivimos en sociedad hemos de respetar. Corregir a un hijo, ponerle límites, tener que negarle cosas… resulta muy penoso. Quisieras poder siempre estar con él de buenas, de risas, pero muchas veces toca ponerse serio y guiarle a lo largo de la delgada y tortuosa senda que discurre entre lo que está bien y lo que está mal.

Por otra parte, la culpa es una emoción bastante mal vista. Demasiada gente tiende a evitarla en una sociedad fundamentalmente hedonista en cuyo seno la autosatisfacción es el principal valor a cultivar. La culpa se convierte entonces en una molestia, un engorroso inconveniente que nos puede entorpecer. Se dice que los únicos que no experimentan la culpa son los psicópatas, pero en mi vida he encontrado individuos que no experimentaban una auténtica culpa, sino solo una indefinida sensación de incomodidad si son sorprendidos en falta, si no se les pilla y salen impunes no hay problema alguno. Otros matan la voz de sus conciencias con elaboradas justificaciones dignas del mejor abogado defensor capaz de hacer ver lo blanco como negro. Otros han de recurrir a anestesiarse con sustancias u otros estímulos para acallar su culpa. Luego no hace falta ser un psicópata para ser un monstruo. Basta con manejar las habilidades precisas para mantener la culpa a raya.

En esos niños que gritan, rompen cosas, pegan a otros niños o incluso a sus padres sin ninguna consecuencia está la próxima generación de monstruos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

HITLER, EL INCOMPETENTE