martes, 22 de noviembre de 2011

DECÁLOGO DE D. EMILIO CALATAYUD PARA CRIAR UN PEQUEÑO DELINCUENTE

 5. RECOJA TODO LO QUE SU HIJO/A DEJE TIRADO (LIBROS, JUGUETES, ROPA…) HÁGASELO TODO, ASÍ SE ACOSTUMBRARÁ A CARGAR LA RESPONSABILIDAD SOBRE LOS DEMÁS.

 Asumir la responsabilidad de las propias acciones (y las consecuencias de éstas) es parte esencial de todo proceso madurativo. Por desgracia existen los “padres colchoneta” cuyo mayor afán consiste en amortiguar todo batacazo que sus hijos debieran darse para aprender el  principio de acción-reacción; simple, pero tan generalizado en la vida que de no tenerse en cuenta las consecuencias pueden ser graves, continuadas y finalmente irreversibles.
 Recogerle el cuarto al niño o a la niña a partir de cierta edad resulta tan absurdo como seguir dándole de comer con el ardid del avioncito. Si no quiere comer, que no lo haga hasta sentir el mordisco del hambre en la boca del estómago; si no quiere recoger el cuarto  y limpiarlo, dejemos que la roña le llegue a las orejas; si no quiere dejar la ropa sucia en el cesto, no se la lavamos hasta que el hedor que desprenda sea insoportable y entonces nos limitaremos a tirársela a la basura hasta que no tenga qué ponerse… Mi madre grabó en mi mente la odiosa expresión de “ir echando faltas a la calle”. Hay padres que no pueden soportar eso y necesitan por encima de todo que sus hijos aparenten estar bien, aunque por dentro estén podridos hasta la médula. Ropa limpia, habitación limpia y corazón vacío como un globo aerostático.

 A los padres colchoneta les mueve el egoísmo, la negación a soportar la angustia de ver cómo un hijo comete sus propios errores y paga consecuencias por ellos. No se confundan, no defiendo el laissez faire como ya dejé claro en otra entrada, pero hay que tener la sabiduría suficiente  para dosificar la cantidad de marrones que un niño o un adolescente han de comerse por sí mismos y evidentemente los derivados de sus propios comportamientos han de comérselos prácticamente en su totalidad para descubrir la necesidad de ser responsables, ya que la responsabilidad les ahorrará muchos problemas. Por otra parte, ¿quién puede ser más irresponsable que unos padres que prefieran ignorar el hecho de que antes o después morirán dejando a sus hijos solos ante el mundo?

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